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Blog

17 de Julio de 2023

Actualización profesional: del upskilling al reskilling

La evolución imparable de la tecnología, la necesidad de producir y consumir de forma más sostenible e incluso la obligación de ser una empresa socialmente responsable está transformando los perfiles profesionales y obligando a los trabajadores a una constante actualización de sus competencias y habilidades.

Ello se consigue a través de una capacitación profesional adicional que ayude al trabajador a desempeñar mejor sus funciones (lo que se conoce como upskilling), o mediante la adquisición de nuevas capacidades y competencias que sirvan para adaptarse a los cambios y saber hacer frente a situaciones de crisis e incertidumbre (reskilling). La adaptación al cambio figura entre las habilidades que más importancia ha cobrado en los últimos años, pero también, una de las más difíciles de encontrar entre los profesionales.

A la hora de formar a sus empleados, las empresas deben ocuparse tanto de las llamadas habilidades duras (hard skills) como de las blandas (soft skills). Las primeras son aquellas habilidades técnicas de un trabajador que le permiten desempeñar una labor determinada. Es el caso del manejo de determinados softwares, habilidades en la contabilidad, expresión oral o habilidades lingüísticas. Las soft skills se refieren a aspectos como la inteligencia emocional, la capacidad de comunicación, la gestión del cambio y demás habilidades personales e interpersonales que ayudan a un trabajador a desenvolverse eficientemente en una empresa moderna.

La Comisión Europea insta a los gobiernos de la UE (Recomendación 2006/962/CE sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente) a introducir la enseñanza de competencias clave en sus estrategias de aprendizaje permanente:

  • Comunicación en la lengua materna: habilidad para expresar e interpretar conceptos, pensamientos, sentimientos, hechos y opiniones de forma oral y escrita.
  • Comunicación en una lengua extranjera: como la anterior, pero incluye capacidades de mediación (es decir, resumir, parafrasear, interpretar o traducir) y la comprensión intercultural.
  • Competencia matemática, científica y tecnológica: buen dominio del cálculo, comprensión de la naturaleza y habilidad para aplicar los conocimientos y la tecnología a lo que se percibe como necesidades humanas (como la medicina, el transporte o la comunicación).
  • Competencia digital: uso seguro y crítico de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para el trabajo, el ocio y la comunicación.
  • Aprender a aprender: habilidad para gestionar el propio aprendizaje de una manera eficaz, ya sea individualmente o en grupos.
  • Competencias sociales y cívicas: habilidad para participar de una manera eficaz y constructiva en la vida social y profesional de cada uno y comprometerse con la participación activa y democrática especialmente en sociedades cada vez más diversificadas.
  • Sentido de la iniciativa y espíritu de empresa: habilidad para transformar las ideas en actos a través de la creatividad, la innovación y la asunción de riesgos, así como la habilidad para planificar y gestionar proyectos.
  • Conciencia y expresión culturales: habilidad para apreciar la importancia creativa de las ideas, las experiencias y las emociones a través de distintos medios, como la música, la literatura y las artes escénicas y plásticas.
Actualización profesional: del upskilling al reskilling
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