19 de Septiembre de 2025 |
Todas las transformaciones urbanas tienen que mantener un fuerte compromiso con los ODS y la Agenda 2030 de Naciones Unidas para garantizar un desarrollo inclusivo, socialmente más justo, ambientalmente sostenible y que impulse la innovación cultural y tecnológica.
La nueva economía en el entorno metropolitano tiene que contribuir a dar respuesta a los principales retos de futuro que afrontan las ciudades: desequilibrio territorial, desigualdades sociales, necesidad de provisión de vivienda de calidad y asequible y creación de actividad económica y empleo. Esto implica abordar la dimensión socioeconómica del paro y el papel de educación, con la mirada centrada en la formación profesional (FP), la formación no reglada y la cualificación. Las ciudades metropolitanas deben estar preparadas para competir, atraer talento y fidelizarlo, especialmente en tiempos de entornos digitales y de descentralización de los puestos de trabajo.
El boom de la inteligencia artificial es uno de los principales retos de futuro. Es necesario saber gestionar e impulsar la necesidad de reducir los sesgos digitales, tanto los relacionados con la edad, como con el género o el territorio, para que nadie se quede atrás. Esto implica mejorar el nivel de digitalización de las ciudades, teniendo en cuenta que va más allá de la adopción de instrumentos tecnológicos.
La nueva economía se tiene que orientar también a reconducir la situación de emergencia climática, principalmente la crisis hídrica, así como otros riesgos ambientales a los que ya se enfrenta el territorio metropolitano. Los retos vinculados a la emergencia climática y la sostenibilidad deben guiar el camino emprendido por las ciudades metropolitanas hacia la promoción de la economía verde y la adopción de prácticas económicas más ecosostenibles. La hoja de ruta hacia la descarbonización, que dispone de impulso normativo, afecta a la provisión de servicios tanto de los entornos públicos como privados.
Para el periodo 2021-2027, la Unión Europea ha definido dos líneas estratégicas que deben implementarse en la legislación interna de los 27 Estados miembros:
La Unión Europea también está impulsando un cambio legislativo de gran profundidad e impacto sobre los territorios urbanos con especial atención a la salud, la vulnerabilidad al calor y las consecuencias de la contaminación atmosférica.
En este contexto, el área metropolitana de Barcelona apuesta por convertirse en una metrópolis digital que sea un referente internacional y que adapte esta transición digital a las necesidades y retos a los que se enfrentará el territorio metropolitano en los próximos años.