03 de Septiembre de 2021 |
El transporte urbano está viviendo una revolución. La micromovilidad está transformando totalmente los desplazamientos en las ciudades. La explosión de la micromovilidad -con el uso cada vez más generalizado de bicicletas y motos eléctricas, y sobre todo de patinetes- está transformando totalmente la forma de desplazarse de los ciudadanos. Este fenómeno surgió antes de la pandemia como respuesta frente al transporte público, los atascos y la necesidad de reducir la creciente contaminación. Pero no hay duda de que la actual crisis sanitaria, y el temor al contagio en el transporte público, lo ha acelerado aún más.
Es evidente por tanto que el transporte en las ciudades está viviendo un gran cambio, pero el alcance del mismo dependerá también de cómo evolucionen los hábitos de los usuarios en función de la pandemia. La nueva normalidad estará dominada por soluciones de movilidad individual y eléctrica, con una recuperación paulatina del transporte público.
En lo que sí coinciden los expertos es que el futuro vendrá marcado por el transporte híbrido y la integración entre la micromovilidad o movilidad individual y el uso combinado con el transporte público. Tanto el uso de bicicletas tradicionales y eléctricas como los scooters o patinetes forman parte de esta tendencia de transporte a nivel global que está moviéndose hacia la integración del transporte público y de la micromovilidad con el objetivo de lograr traslados más personalizados y menos contaminantes.
La digitalización y el desarrollo de plataformas tecnológicas que integren los diferentes sistemas de transporte es el gran reto del presente y el futuro de la movilidad. Un ejemplo de lo que nos puede deparar el futuro es la plataforma de movilidad integral RaaS (Renfe as a Service), presentada recientemente por la operadora ferroviaria, que permitirá planificar y acceder a los medios de transporte que necesitemos, mediante un pago único de una forma sencilla, fiable y segura a través del móvil. RaaS promete integrar la oferta más amplia posible de transportes disponibles en el país. Además del tren, ofrecerá a los usuarios la posibilidad de comprar billetes de metro, autobuses urbanos e interurbanos, avión y ferrys, contratar taxis, VTC, alquilar bicicletas, patinetes eléctricos o un coche compartido. Todo mediante un pago único y sin salir de su aplicación.
Pero los cambios que se avecinan no terminan con la integración y la intermodalidad. También el transporte público tiene que replantearse su modelo. En este sentido, la próxima gran transformación de la movilidad también pasaría un transporte colectivo inteligente que las propias ciudades pudieran gestionar en lugar de autobuses que siguieran rutas predefinidas. Así nació Shotl, una plataforma tecnológica que permite a operadores de transporte público y ciudades poner en marcha servicios de autobús a demanda flexible.