27 de Septiembre de 2021 |
Un informe del Foro Económico Mundial señala que la imparable digitalización de las empresas transformará radicalmente muchas de las tareas, puestos de trabajo y habilidades actuales. La llegada de tecnologías disruptivas como el Big Data, la Inteligencia Artificial o el Internet de las Cosas y fenómenos como el comercio electrónico obligan a todos los trabajadores a evolucionar, adoptar nuevas habilitades y actualizarse profesionalmente.
Solamente en el ámbito de las ventas, la consultora Gartner en su informe “The Future of Sales”, estima que para 2025, el 80% de las interacciones comerciales en el segmento empresarial (B2B) entre compradores y vendedores serán a través de canales digitales. Esta tendencia está obligando a los empleados de los departamentos de ventas a conocer con detalle las capacidades y dinámicas que brindan algunas herramientas digitales de cara a realizar la función de ventas remota con eficacia.
Es en este contexto en el que entran en juego dos nuevos conceptos: upskilling y reskilling. El primero se refiere a adquirir una capacitación profesional adicional -aprender nuevas habilidades- que ayude al trabajador a desempeñar mejor sus funciones. Con el reskilling, por su parte, se busca adquirir nuevas capacidades y competencias que sirvan para adaptarse a los cambios y saber hacer frente a situaciones de crisis o incertidumbre. El reskilling, también conocido como reciclaje profesional, busca formar a un empleado para adaptarlo a un nuevo puesto en la empresa.
A la hora de poner en marcha estas herramientas de transformación profesional conviene no perder de vista que no solo se trata de dotar al trabajador de habilidades de tipo técnico que le ayuden a desempeñar mejor una labor determinada. Estas hard skills (o habilidades duras) deben complementarse con la adquisición de otros valores cada vez más demandados por las empresas a tenor de las grandes transformaciones y retos que afronta nuestra sociedad. Estamos hablando de soft skills (o habilidades blandas) como la inteligencia emocional, la capacidad de comunicación, la gestión del cambio y todo el catálogo de habilidades personales e interpersonales que ayudan a un trabajador a desenvolverse eficientemente en una empresa moderna.
Habilidades que figuran entre las más demandas por las empresas en los últimos años pero que curiosamente también son las más difíciles de encontrar.