04 de Junio de 2021 |
El sector inmobiliario se encuentra en plena transformación. Los efectos de la COVID-19 están acelerando tendencias como el teletrabajo, las compras on line y la digitalización que están creando a su vez nuevos hábitos sociales y de consumo. Y todo ello está afectando a nuestro modo de vivir y habitar. Oficinas, hoteles urbanos, tiendas físicas y centros comerciales se están replanteando su modelo mientras emergen con fuerza nuevos segmentos como el residencial (residencial en alquiler, residencias de estudiantes y senior living) y los relacionados con el desarrollo tecnológico como los centros de datos, logísticos o torres de comunicaciones.
Al mismo tiempo, crece el interés por el desarrollo de vivienda en alquiler, asequible y social, para hacer frente a las graves necesidades sociales. También está experimentado una gran expansión el subsector immologístico, que ha acelerado su crecimiento con la pandemia. El auge espectacular del mercado online ha impulsado una mayor contratación de espacios logísticos y ha despertado el interés de los inversores por las naves y las plataformas industriales.
Por otro lado, los consumidores exhiben sus nuevas preferencias impulsados por los efectos del confinamiento y de sus anhelos de disfrutar de una vida más sostenible. Así, de la preferencia por vivir en el corazón de las ciudades, sacrificando incluso metros cuadrados, estamos asistiendo a una reconfiguración de la demanda que busca pisos más grandes en las afueras. En la lista de prioridades, la luminosidad, los espacios verdes y los jardines están desbancando en la lista de prioridades a la vida social y cultural y los servicios del centro de las capitales.
El avance del teletrabajo, que seguirá conviviendo con el trabajo presencial, ha reducido sensiblemente el gasto en transporte de los hogares españoles y una parte de la demanda se ha trasladado a 20 o 30 km del centro, para lograr más comodidades y espacios verdes.
Por último, también es una tendencia creciente la opción de muchas personas y familias a trasladar su residencia a un entorno rural, con la adquisición y rehabilitación de residencias en estas áreas alejadas de las grandes ciudades, favorecidos por la creciente extensión del teletrabajo, la mejora de las telecomunicaciones y el creciente interés por estar en contacto directo con la naturaleza y llevar un estilo de vida más sostenible.